8 DE MARZO DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER (por Beatriz Moreno)
Las mujeres en la Justicia
Hoy 8 de marzo mientras esperaba el autobús esta mañana, una pancarta colgada llamó poderosamente mi atención. El lema decía así “somos las nietas de las mujeres que no pudieron estudiar”. De repente eso me hizo reflexionar, en el escaso tiempo que hace que las mujeres hemos podido acceder a estudios universitarios y por ende también al ejercicio de profesiones liberales, como la abogacía. Soy mujer, tengo 32 años y soy abogada, no me hago a la idea de que no hace ni un siglo las mujeres en nuestro país no tenían libre acceso a estudios -menos a los universitarios.
Como os comento, la incorporación de la mujer en el mundo del derecho fue tardía, la primera vez que una mujer se licenció y ejerció la abogacía fue en el año 1922. No obstante, hasta 1966 la carrera judicial y fiscal estuvo legalmente prohibida a las mujeres por considerarse un trabajo contrario “al sentido de la delicadeza consustancial de la mujer”, era considerado un “trabajo de hombres”.
A lo largo de los años, la mujer ha librado una ardua batalla para hacerse hueco en ese mundo reservado al género masculino, prueba de ello es que 55 años después de la derogación de ley que prohibía el acceso de la mujer a la judicatura, un 54% del total de magistrados y jueces en activo en España son mujeres. Estos datos revelan como la mujer, una vez liberada de las prohibiciones, ha avanzado a pasos agigantados, especialmente las nuevas generaciones.
No obstante, la situación de desigualdad perdura en los anclajes estructurales, un ejemplo de ello es que, a pesar de la superioridad en número de juezas y magistradas, el hombre sigue ocupando las instancias más altas de la Justicia en España. La presencia femenina es muy desigual en los Tribunales Superiores de Justicia, pues solo representan el 27% de los miembros, este fenómeno es conocido como “El techo de Cristal”, a pesar de que la composición de la carrera judicial y fiscal ya es mayoritariamente femenina, los puestos directivos siguen estando en manos de varones.
Sobre este desequilibrio estructural en la judicatura se ha pronunciado en diversas ocasiones las Naciones Unidas, reprendiendo a España por el desequilibrio de género en la administración pública y en particular en los niveles más altos de la Judicatura y en el Servicio Exterior, instando al Estado a tomar medidas especiales y urgentes para paliar la desigualdad.
En consonancia y, por muy lamentable que resulte, es una realidad que a la mujer se la sigue colocando en una desventajada situación profesional debido a las presiones sociales de asignación de las tareas domésticas. De hecho, en justicia cerca del 90% de las excedencias para el cuidado de hijo se solicitan por mujeres, ello dificulta la posibilidad de promocionar, dato que contrasta con el hecho de que sean los hombres quienes ocupen las altas esferas judiciales, entre otros motivos, por haberse podido centrar en exclusiva en su carrera profesional.
Es evidente que el largo camino recorrido no ha sido suficiente pues sigue habiendo una falta de paridad, por ello es necesario que sigamos avanzando para conseguir un futuro en el que legislación y realidad social vayan de la mano con un único objetico: conseguir una auténtica igualdad.
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