Líder Legal entrevista a nuestra socia directora, Elisabet Hernández

 

“Para poder ser abogada especialista en Derecho de Familia es imprescindible tener la capacidad de empatizar con tus clientes, esa cercanía y calidad humana, son condiciones muy necesarias”

Venía de un despacho multidisciplinar, enfocado en el asesoramiento a empresas, en el que llevaba asuntos Derecho Mercantil y durante un par de años también de Laboral. Por eso, inició su actividad como un despacho que abarcaba varias disciplinas del Derecho, como Laboral, Mercantil, Bancario y Familia. “Al dedicarme a esta última materia (Derecho de Familia), descubrí la que hoy es mi mayor vocación”.

En cuestión de cuatro años, cerca del 75 % de sus clientes llegaban al despacho por asuntos de Familia. A partir de ese momento, los asuntos que llevaban cada vez eran de mayor complejidad, quedándoles claro el camino que debía seguir el despacho. Una década más tarde, cree que ya se ha “ganado el derecho a decir que soy una abogada experta en Derecho de Familia”.

Conversamos con  Elisabet Hernández, socia directora de Hernández Costa, quien confesó que hoy en día “mantiene intacta la energía, la vocación y las ganas que nos ha conducido a ser una boutique experta en temas de Familia, aunque también llevamos temas patrimoniales y fiscales, asociados a divorcios y rupturas (repartos patrimoniales, empresas familiares, etc.), así como herencias y sucesiones. Además, el año pasado ampliamos a Derecho Penal, esto último se hizo necesario debido al crecimiento exponencial de asuntos de violencia contra la infancia, altamente complejos”.

 

En un sector tan técnico como el jurídico, destacan la cercanía y calidad humana como pilares fundamentales. ¿Cómo se traduce esto en el día a día con los clientes?

En nuestro sector, es imprescindible tener un profundo conocimiento de las leyes, controlar cada procedimiento al milímetro, cada detalle cuenta para obtener el mejor resultado posible, desde un perito hasta el procurador pasando por el control administrativo de los expedientes en el despacho.

Hasta, incluso, conocer la tendencia en las resoluciones del juez que te ha tocado en un proceso para preparar la mejor defensa posible en ese caso.

Esto, a grandes rasgos, es lo hace que seamos un despacho competente jurídicamente. Pero luego está la parte humana del proceso, las personas están sufriendo porque su vida ha dado un vuelco. Una mañana su proyecto vital, ese proyecto en el que llevan tantos años trabajando, la hipoteca a medio pagar, los hijos aun pequeños… y todo eso se desvanece, tantos esfuerzos por levantar esa familia, parece que no han servido de nada. Es en ese momento tan duro cuando nos llaman y nos contratan.

Para poder ser abogada especialista en Derecho de Familia es imprescindible tener la capacidad de empatizar con tus clientes, esa cercanía y calidad humana, son condiciones muy necesarias.

 

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