En la actualidad, la custodia compartida se ha consolidado como la opción preferente en los procesos de separación y divorcio en España, ya que así lo lleva considerando desde hace tiempo nuestro Tribunal Supremo. Esta modalidad de custodia permite que ambos progenitores compartan la responsabilidad de la crianza y educación de sus hijos, y se ha ganado el reconocimiento por su enfoque equitativo y por reconocer la importancia de ambos progenitores en la vida de los menores.

Las custodias deben establecerse siempre, buscando el interés superior de los menores, por lo que habrá que analizar detenida y detalladamente cuál será el sistema que mejor pueda garantizar la estabilidad emocional, física, etc. de los menores. Es, por tanto, que, aunque la custodia compartida se entiende como el criterio u opción preferente, no significa que se excluyan otras formas de custodia, como puede ser la monoparental, cuando se considere la fórmula más beneficiosa para los hijos.

¿Qué es la custodia compartida?

La custodia compartida es un régimen en el cual ambos progenitores mantienen, de manera equitativa, la responsabilidad de la crianza y educación de sus hijos tras una separación o divorcio. Además, es la opción que se ha vuelto más común en toda España en los últimos tiempos, y consiste en distribuir de manera más o menos equilibrada la responsabilidad de la guarda y custodia entre los dos progenitores (entendiendo la guarda y custodia como los cuidados diarios de los hijos derivados de la convivencia, salud, alimentación, educación, etc.).

Actualmente, la jurisprudencia del Tribunal Supremo, que es vinculante para todos los Juzgados y Tribunales del país al ser el órgano jerárquico superior en la pirámide judicial, considera esta modalidad como la opción preferente, siempre y cuando no afecte negativamente a los intereses de los menores, que siempre deben ser la prioridad en cualquier decisión relacionada con la custodia.

Por tanto, este modelo busca garantizar que los hijos puedan seguir manteniendo una relación estrecha con ambos progenitores, incluso cuando estos ya no conviven juntos. La idea central es que el niño tenga la oportunidad de mantener un vínculo constante y equilibrado con ambos progenitores, que tras la ruptura podría verse afectado.

¿Qué beneficios tiene la custodia compartida?

Es fundamental entender que la custodia compartida no implica necesariamente una distribución exacta del tiempo entre los progenitores, sino que se basa en la capacidad de ambos para tomar decisiones de manera conjunta y respetuosa. En algunos casos, se puede acordar un reparto del tiempo de convivencia entre progenitores, que no sea exactamente el mismo, pero que sea lo suficientemente equilibrado como para garantizar el bienestar del menor.

Además, la custodia compartida no implica necesariamente que ambos progenitores tengan que compartir los gastos al 50%. Las decisiones económicas, como la manutención, también se toman en cuenta de acuerdo con los recursos de cada progenitor.

Los beneficios de la custodia compartida son múltiples y favorecen tanto a los menores como a los progenitores. Hay numerosos estudios que indican que los niños que mantienen una relación equilibrada con ambos progenitores tienen menos probabilidades de experimentar problemas emocionales o de comportamiento tras una separación.

La custodia compartida permite que los niños sigan sintiendo que ambos progenitores son parte activa de su vida, lo que favorece su bienestar emocional.

Además, al compartir la responsabilidad de la crianza, ambos progenitores pueden participar en momentos significativos de la vida de sus hijos, como actividades escolares, eventos familiares o incluso decisiones importantes sobre su futuro. Esto no solo fortalece el vínculo con los menores, sino también con la familia extendida.

Asimismo, y aunque parezca contradictorio, cuando se establece una custodia compartida, los progenitores suelen estar más enfocados en trabajar juntos para el bienestar de los hijos, lo que a menudo reduce el conflicto y las disputas. Al estar ambos involucrados en la toma de decisiones, se fomenta un ambiente de cooperación.

¿Cuándo es adecuada la custodia compartida?

Aunque la custodia compartida tiene múltiples beneficios, no siempre es la opción más adecuada para todos los casos. Existen ciertas situaciones en las que este régimen puede no ser lo más conveniente, por ejemplo, si existe conflicto severo entre los progenitores o si uno de ellos no tiene la capacidad para asumir de manera efectiva su papel de cuidador.

Algunos factores que considerar antes de optar por la custodia compartida son: la relación entre los progenitores, es decir, si la relación entre los progenitores está marcada por el conflicto constante, la custodia compartida puede generar más tensiones.

En estos casos, es fundamental que ambos progenitores estén dispuestos a poner el bienestar del menor por encima de sus diferencias personales; la edad y las necesidades del menor, ya que, en algunos casos, los niños más pequeños pueden necesitar mayor estabilidad en su entorno.

Sin embargo, no existe una regla fija, y cada caso debe ser evaluado de forma individualizada para determinar si la custodia compartida es lo más adecuado; la cercanía geográfica de los hogares, ya que es importante que los progenitores vivan cerca el uno del otro para facilitar el día a día de los menores, especialmente en lo que respecta a la educación y las actividades extracurriculares.

¿Cómo se establece la custodia compartida?

Aunque sea la opción preferente, la custodia compartida no es una opción automática, y debe ser acordada por los progenitores o determinada por el juez, en función de las circunstancias de cada caso.

Para que se pueda instaurar este régimen, generalmente se requiere que los progenitores presenten un acuerdo que demuestre que ambos están de acuerdo con la división de responsabilidades y el tiempo que pasarán con los hijos.

Si los progenitores no se ponen de acuerdo, el Juzgado o Tribunal, tras recibir la demanda o petición de alguno de los progenitores, deberá intervenir y decidir el régimen de custodia en base a una evaluación exhaustiva de los hechos y de las diferentes pruebas.

El bienestar de los menores siempre será la prioridad principal para el Juez, debiendo basar todas sus decisiones en garantizar y proteger su bienestar. Por tanto, es quien, a falta de acuerdo entre los progenitores, podrá establecer un régimen de visitas o una custodia exclusiva, si considera que la custodia compartida no es lo más adecuado.

Conclusión

La custodia compartida es un modelo cada vez más popular y apoyado por los tribunales debido a sus beneficios para el desarrollo emocional y psicológico de los menores.

A través de una gestión equilibrada y un compromiso mutuo de ambos progenitores, este régimen permite que los niños crezcan con la presencia constante de ambos progenitores, garantizando una experiencia más equilibrada y estable.

Sin embargo, es importante evaluar cada situación individualmente y buscar siempre el bienestar de los menores como principal prioridad.